
Según declaraciones de los testigos el tren entró muy deprisa en la estación, las ruedas echaban chispas y luego llamas. De repente se vio una gran nube blanca que se convirtió en un muro de fuego de 200 metros. Se oyeron varias explosiones. Parecía el fin del mundo. Dijeron.
La explosión fue tan fuerte que por la acumulación de gas, al estallar, derrumbó dos pequeños edificios situados junto a las vías, a un par de cientos de metros de la estación. Otras tres viviendas más grandes resultaron gravemente afectadas y fueron desalojadas. Los vecinos contaron que los objetos de metal volaban como proyectiles, y que las llamas eran más altas que las casas.
Los sindicatos afirmaron que fue una "desgracia anunciada". "En los últimos meses, se habían registrado varios incidentes similares que no fueron tenidos en cuenta", denunció el secretario general del sindicato CGIL.
Por: Génesis Morales
Fuente: Agencia Andina
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